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Mostrando las entradas de diciembre, 2006

Un cuento (?) de Carlos Durán

Sandía Escondida Maldita sea. Maldita sea. ¡MALDITA SEA! Pero ¿Qué fue lo que pasó aquí? No lo logro entender, aunque, por otro lado, no podía esperar otra cosa. En fin... Dejemos así... ¡NO! ¿Cómo vamos a dejar así? ¿Qué es lo que vamos a dejar así? No sé. Posiblemente vamos a dejar así este cuento. ¿Cuento? ¿Cuál cuento? Pues éste. ¿ESTO? ¡¡¡ESTO NO ES UN CUENTO!!! Ehhh... Si lo es. Bueno, ¿Y por qué no hemos usado el característico guión que denota que hay una conversación entre dos o más personas y se usa generalmente en los cuentos? ¿Cuál? ¿Éste? "-" Si, ese mismo. Exijo saber porqué carajos no estamos usando ese guión. Considero que es importantísimo para que se pueda identificar quién está hablando, ya que cuando hay un punto seguido y comienza otro párrafo, no sé si sigo yo o sigue usted. Me parece un tanto confuso. A mí no. ¿No? Pues no, por lo que como nosotros sabemos quién habla primero y quién habla después, pues no hay problema. Pues sí que hay un problema. ¿AH,

¡Gracias a los que asistieron!

El grupo de cuenteria Ibagué es otro Cuento agradece a todas las personas que hicieron posible que ésta presentación del 7, en el Teatro Tolima, fuera un exito. A quienes reenviaron los correos, a los que asistieron, a los que no fueron pero mandaron a otros, a los que fueron y convencieron a otros, y a los "otros", porque se dejaron convencer. Gracias a Carlos Emilio (Director del teatro), a Fernando, a Giovanny (técnicos del teatro) a Fonsi, a Aleja, personas que tan desinteresadamente nos colaboraron porque creyeron en nosotros, las personas de "El kole" de 104.3 FM, emisora cultural del Tolima, a la gente de "El nuevo día" el diario de los tolimenses, a las personas de Tropicana, y a la gente de BKN televisión que nos colaboró en sus diferentes programas haciendo publicidad. La presentación tuvo un público concurrido para ser un día decembrino -y para completar, el día de las velitas-; muchas personas dijeron no a la polvora, y se unieron al grito de A