Para quienes no sepan de quién se habla, se trata de Marcel Marceau, un hombre que puso a hablar al mundo sin palabras, aquel que transmitió sueños en una escena sin necesidad de vocalizar o verbalizar sus textos. El amo de los mimodramas, definidos por el mismo como “la pretensión de ser un mero reflejo, una manera de transmitir la tragedia, la violencia, la injusticia, los placeres y todos los valores de la sociedad”, nació en Estrasburgo, Francia, y vivió la época de la persecución judía, por ser sencillamente judío. Marcel enfrentó la desgracia de la desaparición de sus padres en los campos de concentración, vivió un sueño de libertad al terminar la guerra y soñó en contar un mundo imaginario, a través de su cuerpo. Marcel siempre fue un gran admirador de Chaplin, razón por la que entra a estudiar arte dramático, dándole nacimiento a “Bip”, el payaso con suéter a rayas y un maltratado sombrero de copa decorado con una flor (que representaba la fragilidad de la vida), y que se conv
Blog de Gustavo Pérez