Pocas veces llenan tanto el
estadio como ese 7 de Julio cuando era el único equipo de su cuadrangular que
no necesitaba de resultados extras para ser el finalista, ya había hecho lo
suyo durante todo el año y los hinchas tolimenses, que como cada año se
convierten en hinchas de finales, fueron a colmar un estadio que durante décadas
fue conocido como el más grande del mundo porque nunca se llenaba, hasta corría
el rumor que solo lo llenaban los cristianos, pero ayer, una tarde llena de esperanza
y de un sol radiante, con la brisa fresca del nevado que corre libre por el cañón
del combeima, daba la impresión de tener un cupo asegurado en la final y una
tarjeta de entrada directa a la segunda estrella.
Pero como ya se ha acostumbrado últimamente
el deportes Tolima, a ser un equipo guerrero, luchador, que siempre está en los
lugares privilegiados del todos contra todos, que lucha por estar en todos los
octogonales y de la manera más concreta convertirse en un fuerte aspirante a
las finales, siempre se le acaba la gasolina en el último partido, en el
momento cumbre, en el instante mismo de la grandeza, en ese punto que separa
los ganadores de los perdedores y en el futbol como en la vida, el casi no vale
y otra vez ha quedado relegado a ser ese equipo del casi.
Los hinchas del Tolima
acostumbrados ya a culpar a todo el mundo, ya dijeron que Camargo vendió el
partido, que los jugadores se vendieron, que hay que sacar a Camargo que jueque
que jueque, pero están acostumbrados a ir solo a finales, no acompañan su
equipo y siempre los roban los árbitros, nunca asumen que su equipo no es un
equipo grande, que no es un equipo que saque la jerarquía en instantes finales
y que peor aun siempre se le acaba la gasolina en el mismo punto.
Ahora piden vehementemente la
renuncia de Camargo y ¿quién va a sacar ese equipo adelante? Quien si no llenan
el estadio, si no compran boleta, si los que van son los de pajareras los que
piden la moneda en el semáforo para comprar boleta, los que entran a gritar y a
cantar apoyando un equipo que es una entera menudencia solo corazón y garras.
Otra vez será, otro día llegará
lo que si, es hoy los hinchas del Tolima se levantaron con esa desazón de
siempre, de haber sido un casi, de atacar a todo el mundo, de seguir vendiéndose
la mentira que son un equipo grande al que todos roban y todos envidian, pero
esa es la tristeza del futbol colombiano.
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