Caminantes errantes de las avenidas Ibaguereñas, se reunieron en multitud, buscando protestar por algo que no tienen "trabajo", las masas se unieron para salir a marchar en cada ciudad del país, para criticar a una oligarquía opresora que los tiene viviendo en la miseria, pero, ¿Quién tiene la culpa de los desempleados?, ¿quien tiene la culpa de los miserables que andan en las calles?
¿El empresario?, ¿el gobierno?, ¿el sistema?, tal vez, y digo talvez porque es más facil culpar a otro que asumir nuestra responsabilidad.
Conocí un hombre que alguna vez tuvo trabajo, participaba en una fabrica dentro del proceso de manufactura, y era un empleado que lo habían con ciertas prebendas políticas a entrar allí, por lo que llegaba tarde, no cumplía con su trabajo, disociaba de su empresa, no era leal con sus compañeros y hasta problemas de honestidad tuvo, al preguntarle el porque salio de allí respondió, es que me tenían entre ojos, mi jefe me la “montaba” y yo no me dejo de nadie, cuantos desventurados hay en la calle como este pobre ser, que no quieren trabajar pero se quejan por no tener uno.
Cuantos de los que nos movemos en el mundo de la ubicación laboral nos hemos enfrentado con el discurso – “yo trabajo en lo que sea, no importa, me le mido a todo”- y cuando lo llamas porque hay una vacante, ninguna le sirve porque no le pagan lo justo, yo trabajo en lo que sea menos en construcción porque me hace daño el sol, no puedo ser bodeguero porque me duele la espalda, no puedo trabajar de conductor porque tengo un brazo lesionado, pero ayúdeme a conseguir un trabajo, como espera que lo ubique a trabajar si lo primero que pregunta antes de saber para que es el trabajo es cuanto le van a pagar, si le va a tocar trasnochar o si le pueden prestar desde antes de firmar contrato para los pasajes, será que no me consigue un trabajo más suave. Y ahí es donde hasta se ofenden porque le dices, - ¡y! ¿En que quiere que yo lo ubique si nada le gusta y apenas tiene tercero de primaria?
Viva el día del trabajo y todos aquellos bienaventurados que tienen uno, que elevemos una oración por aquellos que si lo quieren y no han conseguido y una suplica por aquellos que se quejan y no quieren tenerlo.
¿El empresario?, ¿el gobierno?, ¿el sistema?, tal vez, y digo talvez porque es más facil culpar a otro que asumir nuestra responsabilidad.
Conocí un hombre que alguna vez tuvo trabajo, participaba en una fabrica dentro del proceso de manufactura, y era un empleado que lo habían con ciertas prebendas políticas a entrar allí, por lo que llegaba tarde, no cumplía con su trabajo, disociaba de su empresa, no era leal con sus compañeros y hasta problemas de honestidad tuvo, al preguntarle el porque salio de allí respondió, es que me tenían entre ojos, mi jefe me la “montaba” y yo no me dejo de nadie, cuantos desventurados hay en la calle como este pobre ser, que no quieren trabajar pero se quejan por no tener uno.
Cuantos de los que nos movemos en el mundo de la ubicación laboral nos hemos enfrentado con el discurso – “yo trabajo en lo que sea, no importa, me le mido a todo”- y cuando lo llamas porque hay una vacante, ninguna le sirve porque no le pagan lo justo, yo trabajo en lo que sea menos en construcción porque me hace daño el sol, no puedo ser bodeguero porque me duele la espalda, no puedo trabajar de conductor porque tengo un brazo lesionado, pero ayúdeme a conseguir un trabajo, como espera que lo ubique a trabajar si lo primero que pregunta antes de saber para que es el trabajo es cuanto le van a pagar, si le va a tocar trasnochar o si le pueden prestar desde antes de firmar contrato para los pasajes, será que no me consigue un trabajo más suave. Y ahí es donde hasta se ofenden porque le dices, - ¡y! ¿En que quiere que yo lo ubique si nada le gusta y apenas tiene tercero de primaria?
Viva el día del trabajo y todos aquellos bienaventurados que tienen uno, que elevemos una oración por aquellos que si lo quieren y no han conseguido y una suplica por aquellos que se quejan y no quieren tenerlo.
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